
Feedback y responsabilidad
Si en algo coinciden todos los creadores de contenidos entrevistados es en destacar el enorme feedback que ofrece YouTube, algo incomparable en otros medios como la televisión o la radio. A través de suscripciones, comentarios y likes crean una especie de comunidad con sus propios seguidores dentro de lo que es la plataforma. Además, las redes sociales complementan sus canales y ayudan a mantener un contacto constante y directo con la audiencia. “En mi caso [el feedback] es muy bueno porque hay super pocos canales en los que tengan, por ejemplo, dos mil suscriptores y tengan siempre dos mil visitas por vídeo. Es decir, que casi todos los suscriptores ven los vídeos”, apunta satisfecho El Renao.
El caso de Korah no es muy distinto pese a tener más seguidores que habitantes tiene, por ejemplo, la región de Extremadura. “He tratado a mi público con respeto y honestidad desde el primer día y tengo un público muy sano, abierto y respetuoso”, afirma. A Escrig le ocurre algo similar. “No me podría haber imaginado nunca que tuviésemos un feedback tan positivo comparándolo con otros creadores de contenidos en YouTube, porque es algo increíble”, considera el ‘youtuber’ y periodista. “Y no solamente online. Cuando voy a las ciudades, siempre hay dos o tres personas en el estadio que conocen el canal, que lo siguen, se molestan en saludarnos y decirnos lo que más les gusta del canal”, concluye.

Una profesión qué, como tantas otras, conlleva una responsabilidad. En este caso, el hecho de convertirse en personajes públicos ante una audiencia joven fácilmente influenciable le añade un plus de carga en torno a sus labores. Los expertos aseguran que no son pocos los casos en los que los seguidores de ‘youtubers’ han llegado a hacer auténticas locuras por imitar a sus ídolos. “Cuando tienes poca gente en el canal a lo mejor sí que tienes cierta libertad. Pero si tienes mucha gente detrás, no sabes quién te está mirando”, asegura René Cuevas. Su situación es diferente a la de los creadores de contenidos más grandes, su público es poco y muy homogéneo. Carles Caparrós, al ser preguntado por esta cuestión responde: “Para mí debe ser el que cada uno crea pero asumiendo las consecuencias. Es más cómodo no tener resposabilidad y hacer más dinero, pero consigues más polémica si pasa alguna cosa y normalmente tienes una relación más impersonal con tu público. A mí no me compensa”.